lunes, 11 de octubre de 2010

Música maestro.

Hoy me apetece ponerme los auriculares y escuchar mis canciones. Escucharlas muy alto para evadirme de todo lo que me rodea, que me hierva la sangre al escucharlas, que mi boca no pueda resistir gritar la letra de cada estrofa y que mi cuerpo se sacuda con movimientos al compás de la guitarra y la batería. Me apetece olvidarlo todo.

Olvidar todos mis problemas, mis esperanzas, mis miedos y mis deseos. Solo sentir el ritmo y sonreír.

Me apetece no esperar esas palabras que no van a llegar, me apetece que me las canten muy alto al oído, con ese ritmo que me eriza el vello. Tarata, Tarata… Cerrar los ojos.

Sin embargo, en el silencio entre canción y canción… Aún se escucha tu voz.

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