lunes, 14 de marzo de 2011

El viaje





-          Bienvenido.
+ ¿Qué lugar es este?
-          El amor. Llevo aquí ya un tiempo esperándote.
+ Y ¿cómo he llegado aquí?
-          Fácil, asumiste lo que sentías al decirme que me querías.
+ No sabía que este lugar pudiera ser algo real.
-          Es difícil cuando no abres las puertas de tu alma a lo que pueda llegar.
+ No lo se, aun no estoy seguro de que este sea el sitio dónde debo estar.
-          Ven, dame la mano, déjame que te guíe.
+ Apenas puedo ver nada, mi vista aun no se ha acostumbrado a esta luz… u oscuridad, no puedo describir muy bien lo que es. Es algo totalmente distinto a lo que conozco. Difícilmente veo más allá de donde extiendo mis manos.
-          Es normal, yo también me sentí así cuando llegué. A eso debes sumarle que en un principio yo estaba solo aquí, no sabía si ibas a venir algún día.
+ Aquí  estoy.
-          Aquí estamos, juntos.
Ambos se agarran de la mano y caminan, a paso pausado sin ninguna dirección.
+ Este lugar es muy extraño, y a la vez tan familiar. Me invade una sensación de tranquilidad absoluta.
-          Echaba tanto de menos estar aquí con alguien, deseaba que fueras tú.
Ambos sonríen, sin mirarse, notan la tranquilidad del otro a través del tacto de sus manos entrelazadas.
-          Tienes unas manos muy suaves, están hechas para acariciar y ser acariciadas. Son tan perfectas como el resto de ti.
+ Para, no se que decir. En estos momentos solo me apetece mirar tus ojos y abrazarte.
-          Hazlo, ¿qué ves en mis ojos?
+ Veo como me miran, esa mirada de ternura con la que nunca antes me habían mirado. Me veo a mí, reflejado en tu pupila.
-          No es tu reflejo, es mi interior, dentro de mí estas tú. Mira ya hemos llegado, sentémonos.
+ No quiero marcharme de aquí, cada vez que te miro estoy más seguro de todo esto.
-          Me alegro.
Ambos se tumban, el recién llegado con la cabeza apoyada en el hombro del que ya llevaba tiempo esperando. Sus respiraciones se acompasan, no necesitan decir nada más, están juntos. La suma de sus almas es igual a 1 y esa sensación les invade, les da seguridad y confianza el uno en el otro y saben que nadie más podrá llegar a ese sitio mágico que ambos comparten.
+ Te quiero.
-          Yo también, siempre lo hice.
Y ambos caen dormidos.

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