martes, 15 de marzo de 2011

Más allá de tu piel



Briznas de hierba rozaban nuestras mejillas mientras rodábamos juntos por ella. Sus suaves brotes hacían cosquillas en nuestra piel hasta llegar a esa sensación de picor que se hace irresistible. Juegos, risas, abrazos, besos y más vueltas tratando de huir el uno del otro. Persígueme, ven a cogerme me dice tu mirada pícara. De pronto topamos con un tronco que sirve de improvisado apoyo para la espalda, un momento de tregua entre tanta felicidad. Abrazados, me miras de reojo desde abajo, apoyada en mi pecho.

+          Me encantan tus ojos.- me dices desplegando tu perfecta sonrisa al sol.
-          No se por qué, no tienen nada especial.
+          ¿Ah no? ¿Que me dices de esa mata espesa de pestañas? Cada vez que parpadeas cerca de mi, puedo oír como desplazas el aire.
-          Exageras, eres una cursi.
+          Puede ser… ¿hay algo que te guste de mi?
-          ¿Quieres hacerme parecer un cursi a mí también?
+          Sabes que a cursi no te gana nadie.
-          Mierda. Vale tienes razón. No se por donde empezar, sabes que estoy totalmente enamorado de ti y no soy objetivo. Me encantan cada una de las líneas de tu cuerpo, la manera en la que se amolda al mío cuando estamos abrazados. Me encanta tu boca, con el labio de arriba mas fino y el de abajo mas carnoso, me encanta besarlos y recorrerlos con la lengua. Me encanta la línea recta de tu nariz, con esa pequeña peca que tiene en la parte izquierda, esa que crees que nadie ve y que a mí siempre me llama la atención. Alucino con la suavidad de tu piel, desde tus mejillas hasta tu hombro, pasando por ese cuello que me vuelve loco. Tus orejas, esas que proteges con tanto celo y que pocas veces me dejas tocar también son increíbles, solo por ser tuyas son las orejas más bonitas y perfectas del universo. Venga si, voy a decírtelo, tu culo también; me encanta asustarte tocándotelo sin que me veas venir, tiene una redondez perfecta. Y, ¿hablas de ojos…? ¿Que me dices de los tuyos? Esos dos preciosos soles que tienes en la cara, de ese color tostado indefinido… Pero, ¿sabes una cosa?
+          Dime
-          Nada de eso es lo que más me gusta de ti.
+          ¿De verdad? Tal como hablas me cuesta creer que aun quede algo de mí que pueda gustarte más aun.
-          Pues estás muy equivocada. Lo más perfecto que tienes, mucho más aun que tu exterior, es lo que hay más allá de tu piel. Hacia dentro. Lo que me hizo enamorarme de ti perdidamente fue el significado que le das a tu vida, tu simpatía, tu búsqueda incansable de una razón para vivir, tu solidaridad, la forma en la que me regañas cuando critico a tu amiga la fea y más aun como consigues hacerla a ella feliz haciendo que se sienta como la más guapa. Esa manera en la que derrochas felicidad a tu paso, ese carácter que hace que todos se giren para mirarte. Tu posibilidad de tener el mundo a tus pies y aun así ser tan humilde como para mirar desde abajo. Me enamoré de ti mucho antes de saber que eras perfecta en el exterior… ¡eh, espera! ¿por qué lloras? No dije nada malo…
+          Al contrario. Dijiste mucho más de lo que esperaba oír, estás lágrimas son de absoluta felicidad.




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